Pioneros

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Habitar sin fronteras

El contexto histórico en el cual se enmarca este trabajo recorre variados momentos de la colonización de la región de Aysén. El historiador Mateo Martinic menciona un poblamiento lento pero sostenido que ocurrió entre 1901 y 1920 en una corriente que vino de oriente a occidente, donde la mayoría de las personas y/o familias entraban al territorio aisenino a través de Argentina, después de haber estado por un largo tiempo en el país vecino. Provenientes en su mayoría de las regiones del sur del país. Estos colonos se fueron instalando en las tierras desocupadas que encontraron, poniendo límites de acuerdo con su criterio personal. 

En el caso del territorio San Lorenzo, Cochrane y Brown, la colonización espontánea fue tomando forma a partir de 1910. En sus relatos, de Agostini deja entrever parte de la vida que las familias de la época llevaban en el sector de San Lorenzo que pertenecen a esta oleada migratoria pero más bien en un momento de transición, dónde aún la frontera daba cabida para instalarse en un terreno que no se sabía con claridad si era chileno o argentino. Los Pizarro, Muñoz, Escobar y Rodríguez, forman parte de este proceso a partir de su ocupación en el nacimiento del Río Oro, que les permitió por un tiempo establecerse, criar a sus familias y desarrollar actividades ganaderas. 

La historia de una familia es también la historia social y refleja los procesos históricos que se han registrado y recuperado a lo largo de los años en la región de Aysén, y en particular en lo que fue la ocupación del valle de Chacabuco hacia el sur. El caso de Juan Elorriaga no deja de ser interesante, puesto que se trata de una persona de nacionalidad argentina que decide migrar e instalarse en Chile junto con su hermano, lo que evidencia una mirada más amplia de la región patagónica, dónde seguramente las fronteras no eran una limitante para la ocupación de tierras. Su historia da cuenta de la actividad ganadera y del comercio transfronterizo, como también de las dificultades de vivir en una zona remota; que finalmente terminan con su empresa colonizadora a fines de la década del 50´, por la necesidad de educar a sus hijos e hijas. En 1960, Juan Elorriaga vendió su campo a la Familia Vogt, que venían del sector de Chile Chico, con 9 hijos. 

Entrada la década de los 80´, el padre de la familia Vogt decidió vender el campo, siendo adquirido por dos pobladores junto con sus familias que habían sido desplazados del asentamiento que había en el valle Chacabuco. Atilo Soto y Oliverio Paillacar, se instalaron y dividieron el campo original de Juan Elorriaga en dos, para seguir desarrollando el trabajo con la ganadería. Aquí comenzó una nueva etapa del territorio, en que San Lorenzo se fue configurando desde la ganadería, pero también desde el turismo y el montañismo. En un escenario dónde había una fuerte crisis económica, precios bajos de la lana y los animales en general; apareció la posibilidad de desarrollar un espacio para los montañistas que comenzaron a ser cada año más, grupos de turistas que necesitaron de logística para sus expediciones y que permitieron a lo pobladores generar otro foco de desarrollo para sus familias.